¿Usted piensa que en estos matrimonios siempre hubo flores? ¡No! Ellos fueron construidos sobre la Palabra de Dios. Y a causa de ese temor para con el Altísimo, hubo superación de muchas diferencias. Y con el tiempo, las diferencias fueron diluyéndose, dando lugar a la fidelidad, el respeto, el compañerismo, el cariño, la atención, el cuidado, la comprensión, el amor, la fe y etc, etc, etc…
¡Vale la pena dejar al Espíritu Santo guiar nuestros pasos!
Es verdad, un casamiento es como subir una escalera, a cada año se puede subir un poquito más en la confianza, amor, respeto. Con Dios eso es posible.
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