lunes, 23 de enero de 2012

40 Años de armonía y paz


La palabra "matrimonio" es un sustantivo masculino que significa "unión legal entre un hombre y una mujer para formar una familia." La Biblia registra el primer matrimonio entre un hombre y una mujer (Adán y Eva) en el Génesis, el primer libro del Antiguo Testamento. Según las Escrituras Sagradas, ambos fueron colocados por Dios en el Jardín del Edén con el fin de procrear y poblar la tierra.

Con el paso de los siglos, sin embargo, la institución familiar se ha ido desvalorizando, perdiendo su esencia. Viviendo en una época en que el divorcio se convirtió fácil y rápido, muchas parejas hoy en día no están muy preocupadas con la búsqueda de tal estabilidad, ya que la primera señal de problemas o incompatibilidades, la tolerancia se agota rápidamente y la separación es tomada como la única solución.

La innovación, la comprensión, la sensibilidad, el optimismo, escapar de la rutina, el respeto, la complicidad y muchos otros detalles son necesarios en un matrimonio, pero sin fe y amor, una unión no se sustenta. Esto es lo que garantiza el obispo Edir Macedo, líder y fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), casado con Ester Bezerra hace 40 años. Feliz y realizado, el obispo resalta los aspectos negativos que implican una relación, sin embargo, señala que cuando la base de la unión matrimonial implica fe y amor, no existe divorcio o separación que lo alcance. Como cualquier pareja normal, el obispo Macedo y su esposa Ester pasaron por diversos problemas, sin embargo, explican, superaron uno a uno con inteligencia, enfoque, fe, amor y, sobre todo, sacrificio. A continuación ellos detallan algunos puntos importantes y describen situaciones difíciles que vivieron y la manera como los vencieron.

Se conocieron en la juventud y desde entonces, ambos profesaban la fe en Dios, un punto importante para que la relación funcione, garantiza. De acuerdo con Ester, lo que le llamó la atención en su futuro esposo fue la intrepidez. El obispo Macedo dice que la forma discreta (el poco hablar) y la familia estructurada hicieron que se convirtiera en un gran admirador de su futura esposa.

"Ella era una muchacha espiritual, fervorosa, fiel en la Iglesia. Vi que sus padres estaban felizmente casados ​​y observe que era una buena hija. Entones pensé, 'Si ella es buena hija, va a ser buena esposa. "Y como yo era un buen hijo, también sería buen esposo. En realidad, el día que nos conocimos fue como si esperábamos el uno al otro durante mucho tiempo", dice el obispo durante la entrevista.

Dos problemas

"Hay algunos que les gusta la guerra, pero a mí me gusta la paz. Siempre he partido de la siguiente premisa: soy un problema, ella es un problema. Entonces, se juntaron dos problemas, experimentamos nuestros problemas, aprendemos de nuestros problemas. Aprendimos grandes lecciones de ellos, gracias a Dios. Con el pasar del tiempo, uno se va acostumbrando con el otro, aprendiendo a sacrificar, para disfrutar del matrimonio. Y esto trae paz. Cuando estamos juntos, estamos en paz. Aunque tenemos gustos diferentes".

Llegada de los hijos

"En la época en que nuestra primera hija nació, comenzaron los problemas. A pesar de mis 27 años, yo era infantil, por eso todo era bastante complicado. Ella (Ester) pasó a dedicarse a las niñas y yo me aislé, luego tuvimos momentos difíciles, pero los superamos, vencimos. Use el raciocinio: quien es inteligente sabe que el matrimonio es la base del éxito una persona. Si tenemos un matrimonio solido, tenemos condiciones de construir cualquier cosa, es decir, si el esposo está bien con la esposa, él está bien con consigo, tiene paz dentro del hogar y fuerzas para seguir adelante y conquistar".

Imposiciones

"Una de las cosas que más odio en la vida es ser obligado a hacer algo. ¡Yo odio eso! Porque tengo este odio a la opresión, odio oprimir, odio imponer mi voluntad. Si quiero hacer algo por usted, lo tengo que hacer por espontaneidad, si es obligado, me quita la paz. Entonces, por ser así, también exijo que las personas hagan de acuerdo a su voluntad. No obligo a Ester a nada, tampoco me gusta que me obliguen a cualquier cosa".

Solidez

"Nosotros trabajamos con la cabeza, no con el corazón, esta es la realidad. Esto me parece ser el secreto del matrimonio. El secreto no es mirar y la belleza, juventud, madurez, porque después que se casa, se queda en aquel "arroz con frijoles”, toda aquella belleza, esplendor y glamour terminan".

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