domingo, 22 de enero de 2012

La compañia ideal para toda la vida


Casarse hace parte del sueño de la mayoría de las personas, en especial de las mujeres que se reflejan en la historia de vida afectiva de la madre, abuela o hasta de una querida amiga que tenga una convivencia amorosa solida. El deseo de vestirse de novia o el momento en que el hombre espera a la mujer amada para profetizar los votos de felicidad eterna es grande. Pero, ¿cómo identificar si la persona será buena compañera, aquel que ante las dificultades y alegrías del matrimonio seguirá junto a usted.

“El matrimonio es algo muy serio, por eso, la edad no está relacionada al momento adecuado para iniciar la vida matrimonial. Lo que realmente influye en la convivencia de los dos es la madurez, las condiciones financieras o cualquier otra circunstancia que lleve a un buen matrimonio. Por ejemplo, fíjese si a su compañero le gusta conversar, si vive de buen humor y como el trata a los demás”, alerta el obispo Renato Cardoso.

Para él, las personas no tienen que preocuparse en tener prisa para elegir la pareja ideal, aquel que realmente va ser la compañía para el resto de la vida. “Use su tiempo para programarse, dentro de usted, para hacer la elección correcta, no se quede buscando a alguien. Sus actitudes darán o no una estructura para crear una base en su vida sentimental. Controle siempre su ansiedad, sepa conversar y sea paciente”, dice el obispo Renato.

El resalta que nunca las personas deben creer en el amor a primera vista, pues este engaña, y aconseja que esta manera de pensar que las personas crearon, esté ligada directamente a la atracción física y esto puede acabar con el pasar de los años. Según el obispo, la apariencia le puede llevar a un compromiso a dos más serio, pero, con seguridad no será nada confiable y duradero.

“El noviazgo sirve para verificar si la persona amada - o que creemos amar- tiene las características que le van ayudar en los objetivos de la vida. Use este periodo de la relación para los descubrimientos. Conózcanse, pero, no se engañe: las señales que se manifiestan durante el relacionamiento se multiplican por diez veces después del matrimonio”, enseña él.

¿Quien ya se ha hecho esa pregunta?

“Hace cerca de dos años conocí un muchacho en la faculta. Comenzamos a conversar y en menos de quince días el ya quería ser mi novio. Yo me extrañe, y le dije que habíamos comenzado nuestra amistad hace poco tiempo y pensé que era una actitud muy precipitada, pero, de igual forma decidí darle una oportunidad, pues varias veces pensé que él podría ser la persona correcta para mí”. Recuerda la estudiante de enfermería Carolina Cândido.

Según la universitaria, después del primer mes comenzaron a aparecer las diferencias de pensamientos, las ideas no eran ni un poco parecidas, el amor y el cariño que ella tenía con la familia lo incomodaban, las prioridades que ella le daba a algunas cosas no tenían la más mínima importancia para él y, luego ocurrió lo que ella más temía: el no tenía deseo de casarse.

“Me asuste con tantas diferencias, pero, me detuve y analice con calma en donde él estaba equivocado y, en aquel momento percibí que el mayor error lo había cometido yo, por no haber dado tiempo para conocernos antes de comenzar el noviazgo y pensar que el podría ser un compañero”, finaliza.

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