sábado, 10 de julio de 2010

Quedarse solterona

La ansiedad existe porque el mal persevera en sugerir dudas, miedos y preocupaciones. En seguida sugiere soluciones rápidas a través de consejos de supuestos “amigos”, cómo el ejemplo de la casa construida sobre la arena.

“¿Usted todavía no se casó? ¡Uy… algo anda mal! ¡Cuidado, te vas a quedar una solterona!…”

Esa y otras tantas situaciones originan el miedo a no ser respondida sus oraciones por Dios. El tiempo pasa y la ansiedad aumenta. Y lo peor: usted es inquietada por personas usadas por el mal.

Por eso, la necesidad de invertir en el ejercicio de la fe diaria. Sólo ella disipa dudas, miedos y ansiedades.

Jesús dijo a Pedro: “Apártate de mí, Satanás!” (Mateo 16.23 )

Amigo, nunca se olvide de una cosa: quien está mal siempre será usado por el mal para sembrar el mal.

¡Huya de esa gente! Aunque tengan apariencia de ser de Dios…¡Huya rápido!

No permita que llenen sus oídos de palabrerías, corrompiendo su buena fe con blá, blá, blás…Use su capacidad de raciocinio y nunca se deje llevar por las dudas de los otros.

“Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores.” (Salmo 1.1)


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