jueves, 19 de agosto de 2010

La educación hace la diferencia


No importa lo fuerte que sea el amor, no hay relación que puede soportar la falta de educación. Los efectos de una buena educación en una relación, sea de noviazgo o matrimonio, son muy visibles y hacen una gran diferencia.

Pero, después de todo, ¿qué tipo de "etiqueta del amor" puede ser capaz de influenciar de manera positiva o negativa, al punto de hacer a alguien desistir o continuar con una relación?

Mientras que muchas personas les resulta ridículo, la verdad es que el corazón del hombre sabio conoce el tiempo y el modo, como dijo Salomón en el Eclesiastés 8:5. Una persona sin modales, grosera y sin educación sin duda no llegara muy lejos. Las relaciones son como jardines, donde la tierra debe ser arada, regada y tratada, para que las semillas crezcan saludables.

Algunas personas dicen: esta es mi manera de ser, yo siempre fui así. Bueno... Es hora de cambiar. Las personas que no aceptan cambios en sus vidas y se niegan a reconocer sus defectos de carácter no están listas para una relación de a dos. Nadie nace sabiendo todo y el aprendizaje no es una actividad exclusiva de la infancia.

El ser humano debe ser capaz de aprender en el curso de su vida. No se puede "reprimir" una conducta como inmutable.

Por más que parezca difícil, si usted necesita cambiar para ser feliz, vale la pena todos los esfuerzos. Recuerde, que cosecharemos lo que sembramos. Por supuesto, cada persona tiene su manera de ser y su personalidad, la alerta, sin embargo, es para que todos estén abiertos a cambio.

Usted por ejemplo, puede decir a su pareja que una determinada ropa no le queda bien, sin que para eso tenga que avergonzarla. Ser sincero no es sinónimo de grosero. Con delicadeza, es posible conciliar en todas las cosas.

Besarse en público es definitivamente de mal gusto, puede avergonzar a las personas que están alrededor. Es de mala educación dividir la cuenta, ya que los dos deben acordarlo previamente. El valor de la cuenta, por insignificante que sea, debe ser pagado por el hombre por una cuestión de caballerosidad. Mantener la clase es la norma básica. Si comienza a toser, estornudar o bostezar, la mano en la boca. Hablar con la boca llena ni pensar. Los codos no deben estar encima de la mesa en el restaurante. Aunque no es una regla, no es muy elegante que una mujer acompañada llame al camarero. Coma despacio, no devore el plato. Si usted no sabe qué tenedor usar, solo pregunte con buen humor, la vergüenza es hacerlo mal por el orgullo.

Si el teléfono suena con frecuencia mejor es apagarlo o dejarlo en vibrador, sólo atienda en un caso de emergencia. Aprender a escuchar, recuerde que no importa cuán agradable sea la conversación, todo tiene límites.

Regalar es siempre grato, pero no quiera mostrar aquello que no es su realidad. Presentes simples puede hablar profundamente al corazón de su pareja. A veces una tarjeta con palabras sinceras, un libro o un CD marcan mucho más que un regalo caro.

Hablar como un niño es terriblemente inelegante, ciertos juegos serán más adelante, cuando la pareja ya se conoce durante algún tiempo. No hay nada más desagradable y grosero que desmentir, criticar o ironizar al otro en público. Recuerde que todo está dentro del marco de acción y reacción. Si él o ella deciden discutir sobre un en tema en particular, en un tono alterado, recuerde que si el otro no encontró la reacción por su parte, el asunto murió allí. Comentar sobre su ex es señal de inmadurez, nadie se pone sus mejor ropa, su mejor perfume y se produce con todo cariño para oír hablar de su ex.

En el caso de la mujer hoy en día, puede parecer arrogante esperar que el hombre abra la puerta del carro, lo mejor es actuar con naturalidad. Cumpla con sus promesas: si prometió llamar por teléfono. No deje a la persona esperando. Si la historia tiene un futuro vale la pena invertir en la etiqueta y modales. Seguramente llegará un final feliz.

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